Firmar un documento era coger un bolígrafo y estampar nuestra firma en una o varias hojas. Con el
paso del tiempo y la incorporación de la tecnología a nuestro trabajo, llegamos a digitalizar nuestra firma y lo pegábamos al final de un documento word simulando la realidad.
Quedaba bastante bonito y era muy práctico cuando tenías que imprimir 500 diplomas y le ahorrabas al director del curso tener que firmar a mano todos los documentos.
Hoy necesitamos algo más y lo tenemos: La firma digital. Se compone de un conjunto de números y letras y siguiendo un complejo algoritmo nos identifica para entrar en lexnet, traslados de copias y presentación de impuestos vía telemática y a otras webs oficiales. A continuación os pongo una definición más ajustada y más profesional que la mía:
Wikipedia nos da la siguiente definición:
Una firma digital es un mecanismo criptográfico que permite al receptor de un mensaje firmado digitalmente determinar la entidad originadora de dicho mensaje (autenticación de origen y no repudio), y confirmar que el mensaje no ha sido alterado desde que fue firmado por el originador (integridad).1 2
La firma digital se aplica en aquellas áreas donde es importante
poder verificar la autenticidad y la integridad de ciertos datos, por
ejemplo documentos electrónicos o software, ya que proporciona una
herramienta para detectar la falsificación y la manipulación del contenido.
8 jul 2015
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